Es más que probable que a lo largo de la historia de la humanidad, junto con la música y el ajedrez, la disciplina yóguica haya sido la herramienta de exploración del conocimiento más científica, contrastada y longeva; sus raíces se hunden profundamente en la noche de los tiempos. Esto no va en demérito de otras opciones como la matemática, la medicina o la física, solo que las tres primeras tienen una base ampliamente documentada desde tiempos inmemoriales.
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