Meditación guiada

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Vamos allá…y ¿ a dónde vamos?. Vamos a nuestra esencia, a esa sabiduría natural que nos guía con mayor claridad de pequeños y que con la experiencia ha sobrevivido y evolucionado. No hay que ser egocéntricos únicamente en este ejercicio, y asumir que esa sapiencia es atemporal, es una que se ha condensado en nuestra persona y que procede del todo. Es como el cuento de los dos Lobos y el abuelo Cherokee…¿ cuál ganará?, aquel que alimentes…y es que no dejarse dominar por los pensamientos y seguir la esencia es el camino para la salud en todos los sentidos.

Así que vamos a empezar practicando este ejercicio espontáneamente en cualquier momento, empezando por los de más tranquilidad e iremos, una vez asimilado el proceso, practicándolo en momentos de conflicto internos, en momentos de necesidad de paz interna.

Primero debemos sentir una diferencia entre dentro y fuera de nosotros, simbólica. Vamos a por nuestros pensamientos, y a desvincularnos de ellos. Cuando son tonterías es fácil, por eso nos viene bien para ejercitar nuestro control. Vamos a concentrar los pensamientos y vamos a visualizar que los traspasamos de nuestro cerebro hacia afuera, los vamos a llevar fuera de nuestra cabeza, nuestra mente va a ir expulsando todos y los posicionamos delante de nuestra frente. Al no estar dentro, al no dominarnos, inmediatamente ya se siente una liberación. Si resulta difícil este pequeño proceso de visualización, tomaremos cada pensamiento que se nos resista y realizaremos un proceso de desidentificación. lo cogemos y dejamos de juzgarnos por el pensamiento mismo, no somos eso. Es un pensamiento, tiene su raíz, su por qué, etc… pero bien, afortunadamente somos más que un pensamiento. Así que nos repetimos ” No soy este pensamiento” hasta que no resulte un filtro para nosotros, buscamos la transparencia y ese pensamiento sale a la zona de fuera, donde lo mantenemos controlado.

Ahora tenemos libertad dentro, y después de tantos pensamientos queda una voz, la tuya…de hecho sin apreciarlo al principio…es la que te ayuda a lidiar con los pensamientos… y es la que permanece, ahora sin presión y con perspectiva puede tomar aliento y hablar. Sencillamente eres tu en esencia. Puedes preguntarte lo que quieras porque ahí sí que esta la verdad. Cuidala.